Perfil personal

 

Quienes me conocen me definen como una persona de gran energía, profundamente vital, apasionada, comprometida, rigurosa, con una fuerte inquietud por aprender y enormemente sociable.

Mis mayores aficiones: aprender cosas nuevas,  conocer el mundo y otras culturas,  la fotografía, el cine, la montaña, el mar… y, sobre todo, la Comunicación “en todas sus versiones”: hablar, escuchar, escribir, leer…

El criterio que siempre ha marcado mi vida es creer que tenemos que invertir nuestra energía  en alcanzar nuestros sueños o, de lo contrario, otros la aprovecharán para alcanzar los suyos. Todos podemos y debemos ajustar nuestra vida, a las necesidades cambiantes y esos cambios nos permiten crecer,  emocional e intelectualmente.

He pasado por varias etapas  profesionales y he vivido cambios  muy importantes. Me he tenido que ir adaptando a las circunstancias, como si yo misma fuera una pieza de puzle que tiene que encajar en el entorno que le rodea para formar parte de él  y ese encaje, a veces, me ha supuesto un enorme consumo de energía personal.

Al final he conseguido quedarme con lo mejor de cada etapa y convertir mis defectos y carencias en oportunidades para crecer, personal y profesionalmente. Hoy día soy el fruto de mis aciertos y mis errores, pero, por fin, creo saber  bien lo que necesito para ser feliz. Me ha costado aprender que la felicidad no es «un estado que se alcanza», sino una «conquista que hay que defender», con un aprendizaje permanente y el esfuerzo de afrontar lo desconocido  superando el miedo que, a veces, nos provoca.

A estas alturas de mi camino, defiendo con fuerza que mantenerse como un “aprendiz permanente” es un privilegio para quien quiere que la vida le sorprenda cada día. Nadie está preparado definitivamente para afrontar el futuro.  Por ello,  agradezco la oportunidad de vivir cada nueva experiencia como un escalón más hacia mi destino final, que aún tengo que descubrir.