Es un proceso interactivo por el que un experto coach  acompaña  a un profesional (directivo o no) a reconocer mejor sus competencias profesionales y afrontar los cambios necesarios para mejorar su desempeño.

Muy frecuentemente el proceso es contratado directamente por la empresa/organización en la que el interesado presta sus servicios.

1. Está siempre vinculado a objetivos laborales facilitando cambios de comportamiento laboral, al margen de la repercusión que pueda tener en su vida privada.
2. Exige recabar información relevante sobre la organización laboral (estrategias, estructura, cultura…) así como sobre la evolución y funciones del directivo/profesional dentro  de la misma y las expectativas que tiene la organización respecto a su evolución.
3. Persigue la mejora del desempeño a través del aumento de competencia profesional, sin pretender que el directivo/profesional se encuentre más cómodo y feliz en su puesto. No obstante, los aspectos psicológicos y personales hay que tenerlos también muy en cuenta.

Las preguntas que pueden indicar la conveniencia de un proceso de coaching profesional podrían ser:

• ¿Estoy satisfecho de mi carrera profesional y lucho por mis objetivos, o me conformo con lo que los demás me ofrecen?
• Necesito potenciar mis competencias profesionales para mejorar mis resultados, o creo que ya no tengo capacidad ni necesidad de aprendizajes nuevos?
• ¿Soy capaz de demostrar mis habilidades y fortalezas a mis superiores,  o mi trabajo ofrece una imagen muy pobre de mí?
• Si tengo responsabilidad directiva, ¿soy capaz de motivar a mis colaboradores de una forma adecuada o me limito a darles instrucciones?
• ¿Tengo capacidad para trabajar en equipo y alcanzar logros colectivos o soy incapaz de renunciar a mis necesidades individuales?
• ¿Establezco relaciones laborales positivas y enriquecedoras con compañeros jefes y colaboradores o tiendo a erosionar mis relaciones personales con conductas de enfrentamiento y competición?
• ¿Tengo facilidad para expresar mis ideas o me siento incapaz de hacerme entender y captar la atención de los demás cuando hablo?
• ¿Soy capaz de influir en los demás haciendo valer mis criterios en las decisiones que comparto, o acabo asumiendo  siempre decisiones  ajenas con las que no me identifico?
• ¿Quiero apostar por un mayor desarrollo profesional  o  tengo miedo al cambio?  
• ¿Necesito estrategias que me hagan más eficaz en el desempeño o prefiero seguir la inercia?
• ¿Me siento desanimado y necesito una dosis de ilusión que me motive de nuevo?

Como todos los procesos de Coaching, se desarrolla mediante un diálogo y reflexión conjunta entre el coach y la persona interesada  a través de preguntas estratégicas sobre su desempeño profesional y los requerimientos específicos que plantea.

Las respuestas del interesado a estas preguntas le permiten aumentar su perspectiva  acerca de su situación laboral y le aportan luz para diseñar una hoja de ruta que le permita mejorar sus resultados. Así se elabora un PLAN DE ACCIÓN cuya ejecución le acerca, gradualmente, a los logros  profesionales planteados.

El objetivo es que los cambios conseguidos sean estables y permanentes.

La duración del proceso viene preestablecida  entre el coach y la organización o el cliente., pactando con anterioridad las sesiones que se estiman necesarias.

La mayor dificultad radica en  la actitud de resistencia al cambio que todos tenemos. Los comportamientos y decisiones laborales  siempre se basan en las actitudes previas y ésta a su vez en emociones, experiencias previas y creencias personales que condicionan el proceso. Por ello la clave está en remover antes los aspectos más individuales y psicológicos, antes de acometer los cambios organizativos o sociales